jueves, 27 de noviembre de 2008

Prólogo de una historia de princesas poco convencionales (parte 9)

Al cabo de un tiempo ella se levantó y me llevó de la mano a un río. Yo había estado mil veces y lo cierto es que allí nada había cambiado. El tiempo parecía quedarse atascado entre las frondosas hojas de aquellos árboles.
Entramos en el viejo molino y nos sentamos dentro. Sus piedras húmedas y frías nos refrescaron del calor de aquella tarde.
-Sabes, Sara, en este molino fue donde recibí mi primer beso.
-Quieres decir… el de tu primer amor?
-Sí, el de mi primer desamor… Sabes, a veces siento que estoy buscando el amor del modo equivocado, que mi brújula se ha roto en el medio del recorrido. A veces siento que el camino de pronto ya no está tan claro. Desde aquel beso han venido muchos otros y ninguno me ha transmitido nada.
-De verdad crees que ningún chico te ha marcado? No has sentido nunca que estabas en el cielo porque tienes a tu lado un ángel? Nunca has sentido, espesa, entre tus labios correr la felicidad? Nunca te has prometido que no volverías a querer a otra persona?
-No. De hecho cada vez que pasa el tiempo odio más a los tíos. He llegado a dudar de mi heterosexualidad.
-Yo ya he descubierto que no lo soy hace tiempo que no lo soy.
Ella levantó tanto las cejas que pensé que se le saldrían los ojos de las cuencas, que se quedaría en mis manos rodando como dos preciosas canicas de esmeralda.
-Lo dices en serio?
De pronto empecé a dudar sobre si sería homófoba.
-Claro, para qué iba a bromear?
-No lo sé, es raro que lo sueltes tan ligeramente.
-Le doy la importancia que tiene. Ni me avergüenzo ni estoy orgullosa de ello. Es una simple cuestión de gustos. Ha salido en la conversación y no sé porque tengo que ocultarlo.
-Pero…. Tú tenías novio, no puedes ser lesbiana.
-No soy lesbiana. Soy bisexual.
Ella se calló. Empecé a repasar una a una todas las contestaciones extrañas que la gente me había soltado al desvelarle mi tendencia sexual , todas igual de ridículas. Desde los masculinos “que guay, hacemos un trío?” a los femeninos “ entonces yo te pongo?” pasando por los vulgares “así que te da igual lo que te metan por el coño” o “eres una viciosilla eeh”. Esperé la nueva idiotez que añadir a mi lista. Pero ella solo me contestó:
-Es extraño.
-Sabes, para mí lo importante no es el sexo. La belleza, igual que no entiende de colores, de edades, de sectores económicos, no separa a los sexos. El mundo masculino y el femenino son ciertamente distintos y cada uno tiene aspectos que me gustan y disgustan. A la hora de querer yo me enamoró de una persona y no de lo que tiene o deja de tener entre las piernas.
-Debes de tener un corazón enorme. Las personas que te tengan deberían ser muy afortunadas.
Mis sospechas se disiparon y delante de mí volvió a aparecer la maravillosa Laura que me había cautivado desde la primera conversación.
-No te creas. Una cosa es hablar, pero no siempre es tan sencillo defender tu postura. Yo daría mi vida por defender la aceptación de las personas que tienen tendencias sexuales diferentes, pero sin embargo a veces me cuesta aceptarme a misma. Es difícil que todo el mundo te vea como una extraña, que te miren cuando te estás besando con tu novia, que lleguen a gritarte. Es muy complicado tener que esconder tu situación delante de tu familia, tener que fingir delante del instituto…
-Sara, deja de dar escusas. El amor lo puede vencer todo. Da igual que a veces seamos nosotros los vencidos, hay batallas que merece la pena luchar.
Esas palabras me dolieron como puñales porque yo misma las había escuchado en boca de otra persona que me había prometido amor falso. Sin embargo, en ese momento ya nada importaba. El molino se había transformado de pronto en un santuario de pasiones, en un templo pagano al margen del mundo.
Laura me lanzó una mirada juguetona que brilló con la luz de mil estrellas encendidas. Se arrastró hacia mi lado hasta que nuestras caras quedaron a una misma altura. Mordió sensualmente su labio. Las dos respirábamos agitadamente. Las dos nos mirábamos con ansia, redescubriendo unos cuerpos que pedían a gritos ser amados. Su voz sonó susurrante como si de pronto fuese una sensual serpiente.
-Acaso piensas dejar que sea el público quien decida el final de esta obra?
-No lo tengo demasiado claro. La protagonista tiene miedo.
-Te diré de lo que tengo yo miedo. Tengo miedo de que la vida se acabe antes de haber empezado a vivir de verdad. Si tiene que haber un inicio, no hay mejor lugar que aquí, no hay mejor tiempo que ahora.
Su belleza crecía a cada instante. La pasión se contenía como un volcán que entraría inevitablemente en erupción. “Sara, no estás preparada, no estás aún preparada, no lo hagas”, gritaba la poca cordura que aún me quedaba, cuya débil voz era eclipsada por los furiosos latidos de mi corazón.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

ahhhhh!dios que intrigaa...esto es como las series!jajaj Bueno,habra que esperar,estoy enganchada a tu historia.:)

malena dijo...

Ay, Sara, que te adiviné desde la parte uno pero no me animé a decirte nada...Qué boba, no? Pasa que es como vos escribiste, si te equivocas quedas mal parada!
Ahora sí, qué intriga!!!! :D
besotes!!

ALMA Y ARMA dijo...

Lamentablemente no tengo el tiempo de leer toda la historia, xq entro rapidamente a las paginas a escondidas en el trabajo, pero ya lo hare...parece muy interesante y hermosa

[ кeя ] dijo...

donde esta la continuacion!!

"A la hora de querer yo me enamoró de una persona y no de lo que tiene o deja de tener entre las piernas." Me encantó esa frase, cuanta razon tiene; claro que no puedes elegir de quién enamorarte.

se leen muy rapido tus textos, parece que escribes como hablas =)

nestor dijo...

Amiga Cherry....hacia un montón que no andaba por tu blog.

He leido algunas posturas de lo que vienes escribiendo. Sabes muy bien crear el escenario donde expresar el sentimiento herido que brota a cada instante de ti.

Cuando puedas pasa por mi blog y te invito a pasear por algunos lugares de mi ciudad.

Buen finde.....
un abrazo

Hada del lago dijo...

"A la hora de querer yo me enamoró de una persona y no de lo que tiene o deja de tener entre las piernas."

Cada quien tiene derecho a enamorarse de quien quiera, y de que respeten su decisión.

Cada vez es más interesante esta historia! Ya no puedo dejar de leer! xDDDD

Un besiño!

Isia gey dijo...

bellísima...
simplemente bellísima.
Me uno a los demás en la postura de que nos enamoramos de una persona independientemente de los factores que la roden y q tenemos derexo a enamorarnos de quien sea, mujer u hombre. Me da asco al gente que critica los homosexuales y bixesuales porque el amor es la emoción más maravillosa que hay en este mundo y no dejar de sentirla por la sexualidad de quien nos la puede hacer sentir es una estupidez.

Un beso

Silvia_D dijo...

El amor está en el ser, no en los genitales...

Besos, bella princesa

santero Delcolmo dijo...

Laura se hace la tonta, jajajajjjjaa, me encanta!