domingo, 3 de abril de 2011

escenas de autobuses

Él creía que todos nos acabamos volviendo con el tiempo personas solitarias. Sin embargo, dentro de su teoría también afirmaba que había dos maneras de aceptar la soledad, las dos igual de distantes y evasivas.

El primer tipo de personas son las que, caminen por donde caminen, siempre llevan unos cascos enchufados a sus orejas. La música les hace estar distantes de todo lo demás y ayuda a que vivan en un trozo de mundo más a su gusto. Sin embargo, al final eso no hace más que aislarlos de los demás y provoca que se sumerjan en su propio océano de emociones, a veces ahogándose en él.

Las segundas son las que simplemente escuchan. Se sientan en un autobus y observan a las demás. Hay veces que las conversaciones se centran en política, otras veces se analiza el tiempo, a veces los desengaños amorosos. Peregrinas de otras vidas, estas personas acaban conociendo una gran cantidad de historias, que al final nunca son la suya.

Él creía que el camino hacia la soledad era labrado cada día por nuestro afán por rodearnos cada vez de más gente. Al final, nadie está ahí nunca. Como las abejas que se posan en las flores, cuando sustraen tu belleza, la gente se va a otra parte a tener orgasmos de miel.

Hoy nada perdura. Vivimos en una cultura de toqueteo donde nadie sabe acariciar, donde todos hablan de amor sin saber siquiera lo que esa palabra significa, donde se celebran los años a pesar de que sabemos que todo es efímero y que cada suma implica a su vez una resta.

Él tenía casi siempre razón. Una razón como las verdades de los pesimistas, que no reconfortan a nadie, pero que todos anhelamos.

Sin embargo, nunca llegó a saber lo suficiente para escapar al fatídico destino que vaticinada. Y un día se sorprendió escuchando una conversación ajena y se puso a pensar en qué momento feliz se le había ocurrido dejarla marchar...



Todas estas teorías eran las que le estaba explicando a alguien en un bus cuando escuchó detrás una respiración familiar. A veces, un solo giro de cabeza te demuestra que no eres el único que escucha conversaciones. A veces, una sola mirada te dice que quizás no eres el único solitario deseando huír de si mismo.


sábado, 12 de marzo de 2011

A mi inspiración

A veces vienes,
me besas, nos amamos, me enamoras y los enamoras.
Pero por cada momento en el que me llevas a la locura
tengo que pagar el castigo de semanas de mediocridad.
Puede que no sea culpa suya.
Puede que en el fondo alguien esté cambiando.
Por eso pongo punto y aparte.
Quizás deba encontrarme a mi misma antes de poder salir a su búsqueda.

jueves, 6 de enero de 2011

made in aburrimiento

Se busca profesor de gramática
para que me enseñe a conjugar el verbo amar.
Se busca paje
que sepa satisfacer mi EGO(ísmo) de princesa.
De princesa daltónica
buscando a su príncipe verde.
De princesa hemofílica
que rompe zapatos de cristal.
De princesa republicana
que odia una parte de si misma.
De princesa escrupulosa
no dispuesta a besar ranas.
De princesa desterrada
como castillo, un puente.
De princesa destronada
con reinos de frío hormigón.
De princesa poeta
que no puede ser...
no puede ser...
no
puede
ser
.
.
.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

irrealidad

Entre sus manos tiene un espejo.

Lo besa y se siente amada.

Si se rompe todo su ser desaparecerá.

Nadie la mira.

Nadie la siente.

Todo es tan frío como ese cristal,

todo es tan irreal como esa imagen.

Y la luna ardiendo

baila un tango con el sol que se congela

aunque nunca llegan a rozarse.

Pero no necesita sus manos

para sentirlo dentro.

Para sentir que agarra entre sus dedos

como a ese frío espejo roto.

Todo su amor tiene un nombre que ya no recuerda

pero lo escucha como un eco.


Nadie entiende que su lengua solo es lengua si saborea tus nubes.


Nadie entiende que su piel solo es piel si toca tu seda.


Pero no es ninguna novedad...


Nadie la ha entendido nunca.


Diga lo que diga,


cante lo que cante,


llore lo que llore,


sangre lo que sangre,


nadie va a dignarse a oírla.


Por eso prefiere arder.


Como la luna.


Como las brujas

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De tanto que respiro me voy a quedar sin aire.

De tanto que callo me quedaré muda.



jueves, 18 de noviembre de 2010

Opciones

Quizás las noches existen
simplemente
para poner fin a estos días eternos que se arrastran sin dignidad ante mis ojos.
Quizás los espejos sirven
solamente
para romper ese falto espejismo de que no existimos.
Quizás esta arma se use
sencillamente
para desgarrar la esencia de aquellas palabras falsas.
Mi cerebro no debe ser una máquina
no suena un tic-tac.
No suena nada.
Y en el silencio se escuchan gritos de terror.
Quien tiene la culpa de que este corazón no sepa nadar en tus océanos?
Quien es el causante de mi EGO(ismo) de princesa?
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Tanta luz no me permite ver.
Tener tantas posibilidades no me permite escoger.

martes, 16 de noviembre de 2010

agujeros negros

Y pasó el tiempo.
Mucho tiempo.
El tiempo suficiente para que un amor nazca, crezca y muera.
Para aprender que lo opuesto al amor no es el odio,
sino la indiferencia.
Para aprender que somos ríos en el desierto,
y que nadie nos ve entre tantas dunas.
Para aprender que la gente tiene miedo a conjugar el verbo amar.
Para aprender que somos agujeros negros
y nadie nos ve
porque simplemente no existimos.
Y para concluir al fin,
sabiendo que siempre estaré sola,
aunque me axfisien maremagnums.
Poco a poco vuelvo a arrastrarme en esta guarida silenciosa,
aunque sé que una luz me guía.
El eterno resplandor de las palabras.
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y qué si no soy (,) como el resto?

martes, 9 de junio de 2009

creo en ti

Le gritaría hoy al mundo dos palabras: YA ESTÁ.
No necesito nada más ni nada menos.
Lo tengo todo porque tú eres todo.
Se me agota a cada paso el inconformismo.
Me parece hoy que todo el aire de esta atmósfera es demasiado
y me gusta saber que lo comparto contigo.
Me gusta sentir que somos dos piezas de un mismo puzzle,
que cuando nos juntamos, nuestros cuerpos se amoldan uno a otro como la estructura mas perfecta.
Me gusta el mundo que estamos creando juntos.
Creo en él, como creo tambien en tus ojos de niño,
en tus brazos, donde siempre hay espacio para mí, pero nunca para mis miedos,
en la infinita perfección que me ciega cuando desplegas ante mí tu belleza,
en el sueño que me permites imaginar sobre ti, dentro de ti.
Se ha acabado el tiempo del escepticismo, el tiempo de llorar a solas, de esconderme.
Soy un alma en dos cuerpos.
Soy un mar en calma,
un camino que empieza y acaba en ti,
soy eternidad.