lunes, 10 de noviembre de 2008

Prólogo de una historia de princesas poco convencionales(parte 4)

-Verás, me pasa con la literatura lo mismo que me pasa con los tíos. Me encanta leerla y a menudo creo que podría intentarlo. Cuando tengo una idea en la cabeza, siempre empiezo con muchísima ilusión a escribirla, sin embargo me aburro antes de llegar a una parte verdaderamente importante, antes de llegar a crear nada que verdaderamente valga la pena contar, antes de alcanzar un punto en el que la historia pueda transcender para alguien... No sé si me sigues...
-Perfectamente, pero no estoy de acuerdo. Podrías crear pequeños relatos o poesías breves en vez de intentar escribir ya de entrada el novelón de tu vida. A veces, las relaciones más breves son las más intensas.
-Tampoco estoy hecha para esos pequeños devaneos. Los fuegos artificiales son preciosos, pero no llegan a calentar como una buena hoguera. Soy demasiado complicada. No sirvo para ir de flor en flor y no soy lo suficientemente constante como para mantener un invernadero.
Sus palabras me dejaron sorprendida, quizá por su sinceridad, quizá por su belleza, quizá porque empezaba a sentir verdadera tristeza por esa persona que, en tan pocas palabras, me había definido a mí misma. Todas mis contestaciones se me fueron de la boca.
-Lo siento-acerté a responder.-Pero entonces… que piensas hacer? Limitarte a una vida sin arte, sin pasión, sin poesía, sin amor? Que es lo que quieres? Hacia donde aspiras?
-No lo tengo claro. Hay caminos en los que no hay brújula posible y este es uno de ellos. Supongo que seguiré esperando encontrar a alguien, alguien del que de verdad no me canse, que me haga escribir mi historia, una historia que nunca me aburra de contar.
-Es un bonito reto. Ojalá se cumpla.
-Ojalá que no se cumpla. Prefiero seguir teniendo metas. Alguien dijo una vez “no hay camino a la felicidad, la felicidad es el camino”.
A lo lejos oí como alguien gritaba mi nombre. Era mi primo que, a raíz de sus devaneos amorosos, se había metido en algún problema. Era hora de irnos.
-Me voy a tener que marchar.
-Es una verdadera pena… Eres una persona que merecería la pena conocer. Pero yo no vivo aquí y creo que será difícil que volvamos a encontrarnos.
-Yo tampoco vivo aquí. De todos modos no creo que esta sea la última vez que nos veamos. Y cuando nos rencontremos, pienso comunicarte que sigo con mi novio
Ella se río. A mí hacía tiempo que me había dejado de importar él. La conversación había roto los esquemas de cómo conocía la realidad. Ella era una persona diferente de todas a las que yo conocía, ella era fascinante y única. Y lo mejor de todo es que yo me parecía a ella.
-Tienes muchas esperanzas. A ver si las sigues conservando para entonces.
-Solo una última pregunta antes de irme.-dije bruscamente.
-Dime.
-Sabes… hace tiempo que no voy a la escuela… Ya se me olvidaron los nombres de las diosas, pero me gustaría poder llamarla por su nombre cuando vuelva a verla.
-Jajajaja! Más te vale! Esta noche, entonces, reza por la diosa Laura. Me recuerdas el nombre de mi sacerdotisa?
-Su nombre es Sara.
-Es un nombre precioso.
-La verdad es que no me gusta demasiado. Es un nombre demasiado común. No es nombre de artista-bromeé.
-Para que quieres un nombre, si de artista ya tienes el alma entera?
-Gracias Laura.
-Chao Sara.
Tras esto nos dimos un abrazo cariñosamente ahogador y nos fuimos cada una por nuestro camino, sabiendo que pasarían años antes de que volviéramos a vernos… quizá tantos que ni siquiera nos reconoceríamos. Sin embargo, esa noche, mientras la veía marchar agitando sus preciosos cabellos rubios, me prometí que no moriría sin antes mover tierra y cielo para encontrarla una última vez.
Ella se percató de que la miraba y me sonrío. En ese momento supe que las dos estábamos pensando en la misma frase: “las miradas hacen cosquillas desde lejos”.

...


Nuestra ruptura se produjo solo una semana más tarde. Mis sueños y dudas no fueron compatibles con su inseguridad.
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Solo un pequeño apunte llegada esta parte de la historia. Me preguntarán algunos porque no le pedí su móvil. La respuesta es sencilla: esto ocurrió hace algunos años y yo ni siquiera tenía teléfono móvil. Pero… por qué entonces no le pedí el mail? Sencillamente, no se me ocurrió, aunque más adelante sabría que ella no tenía, de todas formas.

La frase en cursiva va dedicada a Malena y a sus haikus, que son la mejor muestra de que intensidad y brevedad pueden ir unidas.
Por cierto, si alguién sabe si hay algún modo de bloquear los comentarios a los blogger que molestan en mi blogspot, agradecería que se pusiesen en contacto conmigo. Gracias^^

8 comentarios:

malena dijo...

Ey, Sara!! Gracias:$ por la dedicatoria!
Creo imaginarme a quién quieres bloquear... yo no le daría bolilla, se aburre fácil. No sé bloquearlos pero puedes borrarlos. También puedes bloquearlos todos y publicar sólo los que te interesan.
Y hasta ahí llega mi sapiencia...
Un beso grandote!!

Hada del lago dijo...

Oh! Me ha encantado esta parte! Me encanta esta historia! Como se conocieron las princesas, como prometieron buscarse!

Un beso!

Danilo R. Roldàn dijo...

Me pasa a mi también aquello de querer escribir novelones, por que afloran ideas en mi cabezas, pero aunque buenas o malas, nunca llego a concretarlas. Sin embargo en relatos cortos me defiendo, en poemas, bueno, otras historias corren por allí.

Un gusto leerte.

nestor dijo...

amiguita....hacía unos días que no andaba por aqui y me he dado cuenta que estoy atrasado con tu historia...tedejo un fuerte abrazo y paso luego a dejar comentario por tu trabajo que tiene varas partes pues no me gusta comentar al improviso, quiero leer como hago con todos.

Buena semana...hasta pronto.

santero Delcolmo dijo...

en cierta oportunidad, al reencontrarme con alguien, me saludó de manera inolvidable: ¿qué estuviste haciendo mientras no me acordé de tí?

Isia gey dijo...

Me gusta mucho la forma de hablar de tus princesas, pienso que nadie se habla así con una extraña, pero lo cierto es q me encantaría encontrarme con una o dos chicas como tus princesas, que hicieran reflexiones an bellas y tan profundas sobre la vida.

Besos

malena dijo...

Estás bien, Sara??
besitos...

ALMA Y ARMA dijo...

Vuestro transitar sera literatura misma, y caminais desparramando letras cuan si fueran petalos...Cruzaria el oceano Atlantico para besar el dorso de vuestra mano...