No hubo tiempo de respuesta. Un chaval de unos 17 años se nos acercó con una mirada que intentaba ser seductora, pero que su borrachera transformaba en poco más que cómica.
-Eyyy guapas, como os llamáis?
Yo no tenía ganas de hablar con borrachos, de hecho, no tenía ganas de hablar con nadie. Me sentía derrotada. Iba a mandarlo a la mierda, pero la pitonisa se me adelantó.
-A ver niño, tu nunca fuiste a la escuela?
Yo no entendía lo que le estaba diciendo y parecía que el otro aún estaba más perdido.
-Sí, claro. Pero nunca fui mucho de estudiar y eso…
-Se nota. O acaso no te enseñaron en el colegio el nombre de las diosas?
Todas las penas se escaparon y empecé a reírme como nunca me había reído. Avergonzado, el chico se marchó sin entender demasiado lo que pasaba.
Ella me sonrío y descubrí entonces que era muy guapa. Verdaderamente, tenía cara de diosa griega. Lucía un pelo sano y brillante, de un color claro, casi rubio, que se retorcía en unos tirabuzones tan perfectos que parecían haber sido dibujados por un pintor renacentista. Tenía una boca pequeña, de labios bonitos y a través de los cuales asomaban unos dientes blancos en hilera perfecta. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, que eran de un color verde tan intenso que ni siquiera parecían humanos. Verdes… mis favoritos… El color de ojos de mi ex y, paradójicamente, el color de la esperanza.
Nos miramos mutuamente en un silencio turbado por gritos de fiesta hasta que volví a escuchar su voz.
-Tienes un cuerpo brutal cielo.
Sus palabras me sonaron extrañas. A mí nunca me había gustado mi cuerpo, sin embargo, ella tenía una figura muy estilizada. Pero en ese momento yo no tenía ganas de discutir. “Esta noche no”, me dije.
-Y tú unos ojos fascinantes.
-Bahh…-su tono de voz denotaba aburrimiento repentino.-puedes quedártelos si quieres…
-Desde luego los cambiaría por mi cuerpo.
-No sabes lo que dices. Hoy en día nadie te mira a los ojos. La gente te valora según la talla del sujetador.
-Eso no es cierto. Los ojos y la boca son armas de seducción mucho más poderosas que otras partes del cuerpo que tenemos asignadas como sensuales en esta cultura. Los besos pueden llevar más pasión que un roce y las miradas… las miradas sencillamente hacen cosquillas desde lejos.
Ella me miró interesada.
-Es cierto… Tú puedes notar cuando una persona te está observando sin necesidad de mirarlo. Pero…por qué dices eso? Los hombres son horriblemente superficiales.
-Puede ser que muchos lo sean,-admití- pero a pesar de todo, son hombres y no animales. Y la humanidad trae consigo la razón y los sentimientos, que pesan mucho más que el sexo para cualquiera. Porque, aún a día de hoy, no he visto caso de mujer que sonría por las tetas y llore por el culo.
Mi discurso fue como los golpes que da un artesano para tallar un diamante en bruto: su sonrisa. Su carcajada sonó limpia como una gota de agua que cae en una fuente de cristal.
-Eres una persona muy interesante. Acabarás cautivando a la gente por algo más que por tu cuerpo.
-Gracias.
-Te expresas con una seguridad y una belleza muy poco común. Sueles escribir?
-A veces-dije sencillamente- Te gusta escribir a ti?
-Me encantaría hacerlo-respondió con humildad- pero no puedo.
Esa respuesta fue para mí muy inesperada.
-Por qué?
-Es algo muy complicado, pero creo que tú sabrás entenderlo…
-Eyyy guapas, como os llamáis?
Yo no tenía ganas de hablar con borrachos, de hecho, no tenía ganas de hablar con nadie. Me sentía derrotada. Iba a mandarlo a la mierda, pero la pitonisa se me adelantó.
-A ver niño, tu nunca fuiste a la escuela?
Yo no entendía lo que le estaba diciendo y parecía que el otro aún estaba más perdido.
-Sí, claro. Pero nunca fui mucho de estudiar y eso…
-Se nota. O acaso no te enseñaron en el colegio el nombre de las diosas?
Todas las penas se escaparon y empecé a reírme como nunca me había reído. Avergonzado, el chico se marchó sin entender demasiado lo que pasaba.
Ella me sonrío y descubrí entonces que era muy guapa. Verdaderamente, tenía cara de diosa griega. Lucía un pelo sano y brillante, de un color claro, casi rubio, que se retorcía en unos tirabuzones tan perfectos que parecían haber sido dibujados por un pintor renacentista. Tenía una boca pequeña, de labios bonitos y a través de los cuales asomaban unos dientes blancos en hilera perfecta. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, que eran de un color verde tan intenso que ni siquiera parecían humanos. Verdes… mis favoritos… El color de ojos de mi ex y, paradójicamente, el color de la esperanza.
Nos miramos mutuamente en un silencio turbado por gritos de fiesta hasta que volví a escuchar su voz.
-Tienes un cuerpo brutal cielo.
Sus palabras me sonaron extrañas. A mí nunca me había gustado mi cuerpo, sin embargo, ella tenía una figura muy estilizada. Pero en ese momento yo no tenía ganas de discutir. “Esta noche no”, me dije.
-Y tú unos ojos fascinantes.
-Bahh…-su tono de voz denotaba aburrimiento repentino.-puedes quedártelos si quieres…
-Desde luego los cambiaría por mi cuerpo.
-No sabes lo que dices. Hoy en día nadie te mira a los ojos. La gente te valora según la talla del sujetador.
-Eso no es cierto. Los ojos y la boca son armas de seducción mucho más poderosas que otras partes del cuerpo que tenemos asignadas como sensuales en esta cultura. Los besos pueden llevar más pasión que un roce y las miradas… las miradas sencillamente hacen cosquillas desde lejos.
Ella me miró interesada.
-Es cierto… Tú puedes notar cuando una persona te está observando sin necesidad de mirarlo. Pero…por qué dices eso? Los hombres son horriblemente superficiales.
-Puede ser que muchos lo sean,-admití- pero a pesar de todo, son hombres y no animales. Y la humanidad trae consigo la razón y los sentimientos, que pesan mucho más que el sexo para cualquiera. Porque, aún a día de hoy, no he visto caso de mujer que sonría por las tetas y llore por el culo.
Mi discurso fue como los golpes que da un artesano para tallar un diamante en bruto: su sonrisa. Su carcajada sonó limpia como una gota de agua que cae en una fuente de cristal.
-Eres una persona muy interesante. Acabarás cautivando a la gente por algo más que por tu cuerpo.
-Gracias.
-Te expresas con una seguridad y una belleza muy poco común. Sueles escribir?
-A veces-dije sencillamente- Te gusta escribir a ti?
-Me encantaría hacerlo-respondió con humildad- pero no puedo.
Esa respuesta fue para mí muy inesperada.
-Por qué?
-Es algo muy complicado, pero creo que tú sabrás entenderlo…
5 comentarios:
"que se retorcía en unos tirabuzones tan perfectos que parecían haber sido dibujados por un pintor renacentista. Tenía una boca pequeña, de labios bonitos y a través de los cuales asomaban unos dientes blancos en hilera perfecta"
Se nota que lees mucho sino no serías capaz de escribir frases como estas, a mi me encanta leer y esribir pero no me veo capaz de hacer comparacones tan buenas.
Me quedaré esperando el siguiente capítulo.
Besos
Gayeguita, tu piel se eriza, tu sexo se humedece,tus pezones se endurecen y tu no entiendes porque ocurre esto. Pues muy simple mimosona: tu cuerpo sabe antes que tu razón que ha retornado el Adonis de Plutón. Entra a mi blog (al único blog digno de ser considerado como tal) y serás trasportada al lugar donde se cumplirán tus deseos insatisfechos.
"..sonría por las tetas y llore por el culo.."
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJA!!!
Me descompuse de risa^^
Y me sigo comiendo las uñaaaaasss!!
Vas bien, sigues jugando lindo con los suspensos.
un beso grande.
Las miradas sencillamente hacen cosquillas desde lejos.
Me ha encantado esa frase, me encanta el prólogo de las princesas poco convencionales :)
Ser poco convencional significa ser original, diferente, y lo diferente es especial!
tu historia me hace sentir un tanto fisgón... XD
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