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Todos los cuentos de hadas terminan con la boda de la princesa. Me llamo Sara y mi nombre significa princesa en hebreo antiguo. Mi historia aún esta por acabar, pero ya estoy harta de esperar a ese príncipe que tarda tanto en llegar... Yo viviré mi aventura sola, pues eso simboliza no estar cerrada a un solo amor ideal. Simboliza ser libre. Aspirar a algo más que ser rescatada. Rebelde, loca, luchadora, apasionada... >>Soy una princesa destronada<<
viernes, 29 de febrero de 2008
Sonrío
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martes, 26 de febrero de 2008
Política... en el ring

sábado, 23 de febrero de 2008
Desear es gratis.

jueves, 21 de febrero de 2008
Adios, querida, adios

sábado, 16 de febrero de 2008
Subiendo esa escalera

Si, me declaro culpable.
Me gustan las películas de terror.
Sé que son todas iguales, pero me gusta esa sensación que saben crear.
Siempre recurren a las mismas imágenes:
la rubia escapándose, las puertas que no se abren, las bombillan sin lámpara conviven en cada una de ellas...
Tambien las escaleras.
En todas las películas de terror hay unas escaleras.
El protagonista las sube.
Sabe que arriba está la muerte esperándolo, los monstruos, la sangre, el dolor, el sufrimiento...
Y sin embargo, las sube.
Sabe que su vida cambiará, probablemente no para bien.
Y sin embargo, las sube.
Es consciente de la atmósfera de desolación, de maldad que se respira.
Y las sube.
Y tu, desde tu butaca y con los ojos cerrados, te preguntas como se puede ser tan imbécil.
Hoy me encuentro en esa situación y entiendo a esa rubia loca que muere a manos de un fantasma con cara de japonesa pálida.
Algo tira de mi hacia lo inesperado, hacia la locura.
La curiosidad y la atracción de las escaleras vence a cualquier peligro.
No me importa lo que pueda pasar, no estoy ciega, no soy inconsciente, sé cual es el castigo que deberé pagar.
Pero me importa más subir, caminar hacia lo inesperado y lo ilógico.
LLamadme idiota, pero ahora que puedo agarrar con la mano la tensión que flota densamente en el aire me siento de repente llena de vida. Parece que siento la sangre en una carrera desbocada por mis venas.
Quiero vivir la aventura.
Lo necesito.
Seguiré subiendo esta escalera.
"LLamadme enloquecida, nadie nace loca"
jueves, 14 de febrero de 2008
Feliz dia de San valentin.

sábado, 9 de febrero de 2008
Verdes.

Silencio...
viernes, 8 de febrero de 2008
Perfectamente imperfecta

Me gustaría ser alta,
mirar a la gente desde arriba,
no tener que ponerme de puntillas para observar las cosas interesantes.
Y sin embargo mi estatura apenas pasa la media.
Me gustaría tener unos ojos geniales,
poder sostenerlos,
dar impresión de seguridad,
azules o verdes,
de esos que cortan la respiración
mirada felina,
pestañas espesas y largas,
poder dominar a la gente con ellos...
Y sin embargo son negros,
oscuros,
demasiado brillantes...
tristes.
Me gustaría tener unas piernas de anuncio,
largas,
delgadas,
que no me diera miedo andar en falda por enseñarlas,
que no hiciese falta depilarlas.
Y sin embargo aún me siento culpable cuando decido airearlas.
Me gustaría tener una cintura estrecha,
estrecha,
para poder lucir mi piercing,
de esas que dan ganas de rodear.
y sin embargo, si pudiera le quitaría unos centímetros.
Me gustaría tener una voz melodiosa y dulce
con poder de amansar fieras
pero sigue siendo demasiado aguda al cantar y demasiado grave al hablar.
Me gustaría ser una persona decidida,
que tuviera influencia en los demás ou características de líder,
Fuerte y sin verguenza,
lograr que mis sueños se cumpliesen.
Y sin embargo, mis miedos, complejos y dudas me asaltan mas de lo necesario.
Me gustaría ser inteligente,
tener las respuestas a mis preguntas,
pero cada vez que aprendo algo me doy más cuenta de todo lo que me queda por saber, realzando mi ignorancia.
Me gustaría tener control sobre mi,
pero mis sentimientos le ganan el pulso demasiadas veces a mi cabeza.
En resumen, me gustaría tener un físico de impacto, que despertase la lujuria allí por donde pasase y una cabeza que lograse encontrar solución a todos los problemas de mi existencia.
Seguramente el mundo caería rendido ante mis pies.
Me tengo que conformar con esa persona imperfecta que me devuelve la mirada cuando me miro al espejo.
Quizá no sea tan genial, alta, delgada, guapa, decidida, fuerte e inteligente como la de mis deseos, pero esa imperfección hace que la chica siga teniendo anhelos y ansias de avanzar.
Esa chica soñadora, tozuda, egoísta y de fácil enfado no es, definitivamente, una persona como la que nadie soñaría con ser.
Sin embargo, ha logrado algo que a muchas personas si les gustaría lograr:
Mirarse al espejo y sonreír.
Dulces sueños que arrastra la maldad

Desde pequeña, siempre me dijeron que si quería una cosa con todas tus fuerzas, la conseguirías.
Mentiras piadosas,
la gente debió vaticinarme un futuro incierto y vieron la necesidad de motivarme.
Pero un león con un lazo rosa no deja de ser una fiera.
En vez de hacerme llorar con la verdad, prefirieron destruírme con una mentira.
Crecí viendo películas con finales felices,
leyendo libros en los que la gente era feliz y comía perdices.
Siempre me hablaron de oportunidades,
de esperanza, de ilusión.
Me animaron a llevar una vida que me quedaba demasiado grande.
A apuntar demasiado alto a la hora de labrarme un futuro.
Nunca me hablaron de paro,
de borrachos y prostitutas que tienen como cama cajas de cartón y como techo las estrellas,
de genios arruinados,
de músicos sin instrumento,
de almas que andan errantes buscando un lugar donde caerse muertas.
No me hablaron de discriminación, de sociedades superficiales, de gente falsa.
La pena es que hoy descubro que no vivo en ese paraíso.
Me he caído desde mi nube allí en el cielo hasta el infierno.
El golpe ha sacudido mi conciencia bestialmente.
Ya no sé en que debo creer.
Por eso, hoy me siento engañada y sin fuerzas para cumplir sueños.
jueves, 7 de febrero de 2008
Buscando estrellas...

Siempre me gustó la luna, brillando en la noche.
Compañera que me ayudaba en la lucha contra la oscuridad, creía que la luna era un hada amiga que brillaba cuando estaba contenta. Cuando no aparecía, era porque estaba muy triste.
Me habría gustado gritar muy alto, para que me escuchase desde tan lejos, que yo la quería, que la necesitaba para que me iluminase en las oscuras noches, ayudándome a vencer mis miedos.
Y sin embargo, pasó el tiempo y nunca me atreví a confesarlo.
Hoy crecí y se que los rayos no son estrellas,
ni siquiera la caída de algo,
y que la luna no es un hada
ni tan siquiera brilla.
Y sin embargo siempre me arrepentí, por estúpido que suene, del hecho de no haber buscado las estrellas o hablado a la luna.
Aún debo ser una niña, pues aún hoy persigo sueños inalcanzables y sigo teniendo esa necesidad de decirle lo importantes que son para mi algunas personas.
Y sin embargo, pasa el tiempo y sigo obcecada en mi pasividad...
Contesta tu a mis preguntas.

miércoles, 6 de febrero de 2008
Estar o no estar... contigo
Porque el tiempo sin ti pasa monótono y aburrido, carente de ilusiones o emociones.
Porque la vida sin ti es como una carrera sin meta, donde solo hay espacio para la fatiga.
Tengo miedo de volver a sufrir, de volver a llorar por ti como nunca he llorado por nadie, de que me vuelvas a destruír sometiéndome al olvido.
Pero también tengo miedo de no volver a sonreír y de que tu pasado siga marcando mi presente y futuro con la imagen de unos tiempos inmejorables.
Qué pesa más?
La tristeza o una vida sin alegría?
Qué es más doloroso?
Aún no sé contestar...
Demasiado vulnerable
lunes, 4 de febrero de 2008
Solo es un banco de piedra

Aquel día se quedo grabado en mi memoria para siempre.
-Sabes en que estoy pensando, cielo? Las princesas tienen que tener un trono, un lugar donde sentarse majestuoso y alto, hermoso como ellas. Tengo una sorpresa, sigueme.
Te acuerdas? Juntos recorrimos la alameda. Pasear agarrada a ti bajo las sombras de los arboles, oyendo el agua y los patos y a los niños jugando despreocupadamente era por aquel entonces un ejercicio que ventilaba mi espíritu. Cruzamos el quiosco y me lo enseñaste.
Nunca me había fijado en el y siempre había estado ahí.
Me pareció, aún sin saber nada de él, que no podrías haber encontrado un trono que hiciese más feliz a una princesa.
Era un banco de piedra, de aspecto antiguo, quizá tendría siglos. Era muy largo y su estructura semicircular parecía esgrimir una sonrisa pícara. Sus gravados denunciaban su procedencia barroca. Las hojas doradas se apoyaban en el, haciendo la función de cojines naturales y espóntaneos.
- Es precioso_susurré.
- No digas nada. Siéntate en esa esquina y apoya la cabeza en sus brazos. Tienen un mensaje y una historia que contarte.
Divertida, me senté.
Tu hiciste lo mismo en la otra esquina. Te sentía lejos.
Cerré los ojos y escuché, asombrada, un dulce susurro que venía directamente del banco.
-Toma tu trono princesa. Siempre que vuelvas, intenta escuchar de este mágico banco los te quieros de tu caballero.
Me reí. El banco tenía una acústica extraordinaria, que había sido usada por enamorados de todas las épocas.
Pero dudo que muy pocos hubiesen sabido impregnarlos de esa magia que tu le diste.
Volvimos taaantas veces!
Ese banco fue testigo de mil besos, de te quieros, de horas sin decir nada en las que tu me acariciabas el pelo y yo miraba tus ojos verdes. Los tres nos uníamos en una perfecta armonía.
El resto del mundo no tenía importancia.
Ese mágico portal para el tiempo y nuestro ritmo de vida.
Todo eso pasó.
Mírlalo, ahí está nuestro rincón, estéril, inútil, vacio.
Parece abandonado, sucio.
La piedra se ha vuelto fría.
Solo ahora comprendo que la magia no estaba en el banco, sino en quien lo llenaba.
La piedra siempre ha sido fría, inerte.
Lo miró y las lágrimas amenazan con hacerme quedar en ridículo.
Pasé en el tiempos de completa paz, pero están acabados.
Nuestro amor tiene tanta vida como el material de ese banco.
Y sin embargo, esta princesa aún a veces se vuelve a sentar en su trono y vuelve a pegar la cabeza.
Estaré loca, pero el otro día me pareció que el banco me susurraba con una voz rasgada y melodiosa las tres palabras que, entonadas de la forma correcta, componían la canción que siempre me gustó escuchar:
<
...<>...

Hoy he vuelto a soñar contigo.
Y sin emgargo, esta vez fue distinto.
A menudo, eras el protagonista de mis sueños. Tuve tantos contigo!
Alugnos eran de amor, cuando de tenía,
de tristeza, cuando te sentía distante.
De impotencia, cuando estabas triste y no podía ayudarte.
Sueños de felicidad, cuando alcanzabas tus metas.
Sueños de felicidad, sueños de poetas.
Cuando te perdí, tambien soñaba que todo era una mierda.
Pero este sueño era diferente, pues el sentimiento que evocaba también lo era.
Porque después de todo lo que vivimos juntos, despues de todo lo que te quise, después de haber deseado con toda mi alma que tus penas se fueran y tus sueños se cumpliesen para poder disfrutarlos contigo, después de haber compartido contigo mis ilusiones y mis temores un simple sueño desmonta todos los esquemas y produce en mi un sentimiento nunca antes vivido :
La confusión.
De pronto, las dudas sobre ti me asaltan.
De repente tengo... miedo de ese desconocido que tiene una parte de mi en sus labios.
Ya no tengo ganas de verte, de hablar contigo...
...aunque por mucho que trate de engañarme echo de menos esos antiguos sueños juntos.
viernes, 1 de febrero de 2008
Sobre las máscaras, disfraces... y otros engaños

