Párate a pensar que estás haciendo aquí.
Ahora, mientras lees estas, mis palabras, mi triste llanto seco.
El recorrido que has hecho, aún sin moverte de tu cómodo asiento, puede ser enorme. Quizá en ese trayecto hayas crecido. Juraría que sí. Yo misma he crecido en el intervalo de tiempo que fue desde el nacimiento de la idea de este pseudotexto hasta su desarrollo.
Probablemente no me estés entendiendo. Ni siquiera yo tengo muy claro lo que quiero decir. A lo mejor solamente querría darte el consejo que a mí nunca me dieron, esa ayuda con la que nunca pude contar… en el fondo sé que no puedo hacerlo.
Por eso escribo. Y a pesar de que no tengo ninguna frase histórica que soltar, a pesar de que no diré nada que te cambie la vida, me estás leyendo.
A pesar de todo, puede que también tú busques algo, ese algo que yo tampoco encuentro… eso que mueve el mundo. Y esa búsqueda te ha traído a mi nuevo hogar, una línea cualquiera que salta en la pantalla.
Nunca me gustó la metaliteratura y sin embargo la hago. Nunca me gusté a mí misma y por eso me vuelvo más horrible a cada instante.
Seguramente tengas problemas mucho más terribles de lo que nunca fueron los míos. No obstante, me gustaría decirte algo: entiérralos y sal afuera a saborear el sol porque no sabes cuando te enterrarán en vida tus propios miedos.
Yo me desperté un día siendo una suicida silenciosa que tiró literalmente su vida por el retrete.
Pero puede que tú aún estés a tiempo de sentir aunque solo sea una última vez el llanto alegre del viento secando tu cara. Sal, sal, sal a ponerle azúcar a tu última cena.
TÚ, EL QUE ME LEES, AÚN ESTÁS VIVO.
Ahora, mientras lees estas, mis palabras, mi triste llanto seco.
El recorrido que has hecho, aún sin moverte de tu cómodo asiento, puede ser enorme. Quizá en ese trayecto hayas crecido. Juraría que sí. Yo misma he crecido en el intervalo de tiempo que fue desde el nacimiento de la idea de este pseudotexto hasta su desarrollo.
Probablemente no me estés entendiendo. Ni siquiera yo tengo muy claro lo que quiero decir. A lo mejor solamente querría darte el consejo que a mí nunca me dieron, esa ayuda con la que nunca pude contar… en el fondo sé que no puedo hacerlo.
Por eso escribo. Y a pesar de que no tengo ninguna frase histórica que soltar, a pesar de que no diré nada que te cambie la vida, me estás leyendo.
A pesar de todo, puede que también tú busques algo, ese algo que yo tampoco encuentro… eso que mueve el mundo. Y esa búsqueda te ha traído a mi nuevo hogar, una línea cualquiera que salta en la pantalla.
Nunca me gustó la metaliteratura y sin embargo la hago. Nunca me gusté a mí misma y por eso me vuelvo más horrible a cada instante.
Seguramente tengas problemas mucho más terribles de lo que nunca fueron los míos. No obstante, me gustaría decirte algo: entiérralos y sal afuera a saborear el sol porque no sabes cuando te enterrarán en vida tus propios miedos.
Yo me desperté un día siendo una suicida silenciosa que tiró literalmente su vida por el retrete.
Pero puede que tú aún estés a tiempo de sentir aunque solo sea una última vez el llanto alegre del viento secando tu cara. Sal, sal, sal a ponerle azúcar a tu última cena.
TÚ, EL QUE ME LEES, AÚN ESTÁS VIVO.
