"Si nunca te atreves a cruzar el río, no sabrás lo que te espera en la otra orilla"
...
y de pronto te miras de una forma mas humana.
Si, ya sabes, no miras tu cara, los pelos que tienes justo despues de levantarte.
Observas tu alma,
sintetizas los sentimientos que se esconden en tu armadura de piel,
las emociones que corren por tu venas.
Y entre ese turbulento río notas un sentimiento nuevo:
el miedo.
No es nuevo del todo.
En el fondo siempre has tenido miedo.
Cuando eras pequeña te aterraba la oscuridad, la soledad, los monstruos escondidos bajo tu cama...
Si por aquel entonces te hubieran dicho que dentro de unos años, el monstruo que te causaría el miedo serías tú misma, los habrías tomado por locos.
Paradojicamente, hoy el terror es mucho mas abstracto, irreal ...
es incluso mucho mas infantil que esos antiguos miedos.
Pero también es mas difícil de vencer.
Porque esas pesadillas acababan al despertarse.
Porque siempre habían un refugio bajo las mantas para esconderte del monstruo,
pero, dime,
donde puedo esconderme de mi misma?
Hoy, mientras pienso en lo muchísimo que me temo, observo mi río de sentimientos.
Un río de sangre, de ilusiones rotas, de lágrimas infinitas e incoloras.
No sabes lo que te aguarda en la otra orilla.
Solo sabes que estás harta de ti misma, de tus malditas aventuras que no terminan de quitarse de encima la sombra de la rutina, de tu existencia bohemia que no escapa al sistema capitalista.
No sabes que hay en la otra orilla, pero sabes que odias este lado, que necesitas escapar ya de ti misma.
El puente hacia otra vida esta podrido de desuso, es inseguro y frágil.
Sabes que si lo cruzas, puedes caer en el medio del río.
Te condenarías a ser siempre gato y ratón, a quedarte para siempre sin hogar, o lo que es peor, hundirte.
Hundirte en ese río de sangre, de ilusiones rotas y de lágrimas infinitas e incoloras.
El miedo te apodera una vez mas.
Pero todos los labios que no has besado, todos los libros que no has leído, toda la música que no has escuchado, todas las ilusiones que no has sentido... te animan a pensar en ese futuro, en esa orilla.
Te gritan que corras a buscarlo.
Entre tanto grito, no escuchas la voz del miedo
(quizá la voz de la consciencia)
...
y empiezas a caminar de nuevo.
Rumbo a la locura.
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Francamente, estoy aburrida de mi misma.
He estado leyendo mi propio blog y veo lo muchísimo que me repito.
Asciendo, desciendo, asciendo, desciendo...
parezco ascensor senil.
No sé donde está mi sitio, pero necesito encontrarlo YA.
La foto, de Tinkampinho.
A ver si se me pega un poco de talento, que no estaría mal en estos momentos de espiral de repetición,jaja.
...
y creo que le debería una mención a cierta persona que ya no se pasa por creer que sobra.
Digo debería porque no pienso caer en su juego =P