Ahora que se me han acabado las ganas de vivir, te llamo.
No sé cual es la causa.
En otro momento fuiste toda mi vida.
Cada esquina
me recordaba los besos que dejaste caer sobre mis labios en sus rincones,
vivías en mi mente,
moría cada vez que nos separabamos.
Eras mucho más mío que yo misma.
Ambos sabemos que el tiempo hace estragos en los recuerdos.
Cuando pensaba en ti,
hasta hace poco,
ya no me acordaba de esos labios
que se abrían
tiernamente
como flores al besarme,
ni de esos ojos verdes
que parecían mensajes subliminales
que incitaban a creer en mundos mejores,
ni siquiera me acordaba de aquel reino nuestro
que construímos juntos sobre las ruínas.
Miraba atrás y solo veía una cicatriz,
la cicatriz que excavaron muchos rostros juntos,
pero de la que sabes que es más tuya que de nadie.
La trascendencia,
los remordimientos...
son para aquellas personas que se permiten el lujo de mirar atrás.
Por el recuerdo de aquellas tardes,
de aquellas mañanas enroscados sobre las crujientes hojas del podrido otoño,
sabía yo que no podría olvidarte.
Pero el mundo te etiquetó por mí
y decidió que habías sido un error de mi pasado,
con una seguridad que hasta yo llegué a creerlo.
Intenté convencerme a mi misma de que nunca te había querido.
A mí misma y a un mundo a quien le dolía tu existencia pasada
tanto como me duele hoy a mi tu ausencia.
Hoy,
las verdaderas imagenes han vuelto a mí teñidas de melancolía.
No puedo expresar con palabras la falta que me haces,
$lo muchísimo que hecho de menos tu forma de secarme las lágrimas al llorar,
de besarme el pelo,
de acercarme contra tu pecho
y prometerme que nunca más estaría sola.
Me mentiste,
pero...
eran tan dulces tus mentiras.
Ahora la soledad se ha disfrazado de multitud
a la que no le importo
o a la que simplemente le intereso.
Tu ausencia está llenando el vacío.
Me vuelve a pesar el aire al respirar,
me duele algo dentro.
Pero no puedo verte,
porque estoy en un peligroso lugar
entre dos mundos a los que cada vez estoy mas segura de no pertenecer.
Ya no soy tuya,
tampoco suya.
No soy feliz,
hace tiempo que no lo soy,
puede que pase mucho tiempo antes de que vuelva a serlo.
Soy poeta pero no escribo,
soy cantante pero no me sale la voz entre sollozos,
soy mujer pero no sé amar.
Soy un poblado desierto,
un oasis sin palmeras.
Tú...
tú eres el eterno remitente de mis cartas de desamor,
pero tambien el protagonista de muchos de los momentos mas dulces de mi vida.
Mi balanza no puede con la presión,
yo sigo tambaleandome sin llegar a encontrar nunca un equilibrio,
destrozandome la vida por pura
(y puta)
inercia.
Lo fuiste todo y ahora verte,
cuando estás tan cerca,
es toda una aventura,
toda una guerra contra el mundo.
Por eso te escribo
y quizá entiendas mi llamada y acudas ahora mismo a leerme.
Si no,
mis palabras quedarán abandonadas una vez más,
siendo testigos de que
a pesar de todo
sigues teniendo un lugar aquí en mi infernal paraíso.
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"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,y estos sean los ultimos versos que yo le
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,y estos sean los ultimos versos que yo le
escribo."
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Un día me dijiste que no te gustaba Neruda. Solo por eso no escribiré ahora esas dos palabras, esas ochos letras que, hoy por hoy, tenemos prohibidas.
No puedo prometerte que volveremos a entonarlas juntos, solo puedo decirte que hoy, en cada suspiro, te estoy llamando y maldiciendo al destino.