No corre tras ella
sabe que no es necesario.
Solo tiene que llamarla y la tendrá cerca.
No tan cerca como para implicarse en un cuerpo a cuerpo, pero lo suficientemente cerca como para disparar.
No dispara balas, porque es algo mas elegante.
Dispara esas ardientes flechas que atraviesan corazones.
La víctima se siente unida a él, lo quiere, daría su vida por que sonriera...
Él lo sabe.
Juega con esa víctima para alimentar su sediento ego.
El cazador es cruel, sanguinario...
Solo le importa la carne de la víctima.
No puede sentir que bajo su piel, ella también tiene miedo, ella tambien sufre, ella también llora.
El cazador dispara su última flecha.
Cierra los ojos y aún así puede sentir la sangre mezclada con lágrimas, la tristeza, el sonido de un alma al caer, la vida que se va lentamente, la agonía que se extingue poco a poco de sus ojos.
...
Pero los abre y no ve nada.
la presa se ha ido.
Lo ha dejado solo con su derrota, con su maldad.
Ha corrido a por otros amores , a por otros sentimientos...
Y entonces es él el que se tira al suelo, el que llora, el que grita, el que de repente nota que nada en su vida está bien.
Entonces es cuando nota que su presa es mas grande que él, que ha perdido una gran oportunidad, que está solo.
Entonces las sonrisas y lágrimas see intercambian.
La presa ha acabado con el cazador.
A lo lejos se escucha un disparo...
....
La víctima lo ha escuchado desde lejos.
Debe sentirse culpable?
-_-_-_-_-_-_-
Me siento tan rara... me siento tan muerta...
"Vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia
cada calle el sepulcro de un acontecimiento
cada corazón la urna cineraria de un deseo o una ilusión.
Necios...
¿os moveis para ver muertos?
¿no tendreis espejor por ventura?
Miraos, insensatos, a vosotros mismos
en vuestra frente vereis vuestro propio epitafio"
Adaptado de un texto de Larra.