Carta de amor... o desamor?

Me habías echado en cara muchas cosas:

tanto mi falta de ganas como mi descontrolada pasión,

tanto mi poco tacto al decir la verdad como las mentiras piadosas,

mi posesividad y mi dejadez...

Pero nunca me habías echado en cara que la tristeza que siento por otros amores es superior a la que sentí por el tuyo.

Quien soy yo a estas alturas de la vida para explicarte que cada amor es un mundo, ni mejor o peor que el anterior?

Por eso solo te dejo de prueba esta carta.

Carta del pasado inspirada en nuestro desamor.

Con la versión en gallego gané dos concursos literarios el 14 de Febrero de este año.

Traducida para los blogger que se molestan en pasarse y leer.

Aquí está el fruto de la "desidia" de mi amor por ti.

Disfrútalo.

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Mi ex-querido príncipe azul:

El día que te vi marcharte sentí que una parte de mí se iba contigo. Pedazos de mi alma quedaron enredados en tus labios. Esos labios con un sabor dulcemente salado capaces de todo: desde recorrer cada mílimetro de los míos hasta dejar caer verbas que dolían como si mordiesen.

Recuerdas aquellas tardes juntos? En aquellos momento yo quería que el tiempo se detuviese para poder estar eternamente observando eses ojos tuyos. El muy traidor pasó volando. Sorprendentemente efímero fue tu amor. Antes de que hubiese podido siquiera advertirlo tu ya no estabas. Sí, quería para el tiempo y ahora, demasiado tarde, mi sueño se ha echo realidad. Las horas que antes corrían se sientan inmoviles a reirse de mi.

La soledad es mi mas fiel amante: condenada estoy a que no me abandone nunca. Atrapada en la más monótona rutina, intento aguantar la insoportable esterilidad del tiempo.

Hasta el aire se volvió pesado! Para caminar en esta atmósfera tengo que ir esquivando las partículas de oxígeno que parecen cansadas de vibrar.

Cada uno de mis sentidos se ha visto afectado por tu ausencia:

MÍRAME...

Te acuerdas de aquella forma mía de andar? Decías que andaba como si estuviese buscando un sueño en cada esquina, con la esperanza encendida en el corazón. Contempla mi actual melancolía. Paseo igual que una princesa destronada que observa lánguidamente su reino perdido. Un reino donde los colores parecen estar prohibidos.

ESCÚCHA...

Estaba acostumbrada a cantar, a reír, a hacer bromas... Presta atención. Que es lo que escuchas? Exacto! Nada. El silencio es la música que suena continuamente. Me permite hablar conmigo misma y preguntarme en que fallé, que pienso hacer. Aquellos antiguos "te quiero" que estaba acostumbrada a escuchar quedaron suspendidos en el aire. Difuminados. Aún los escucho como un tétrico eco.

UELE...

"Me encanta el olor de tu pelo", me susurrabas. (esta parte es pura literatura, no creais nada mas de este parrafo). Pues bien, ahora si pones a prueba tu olfacto notarás que ahora ese fino aroma queda ahogado entre mares de perfumes demasiado fuertes que intentan eclipsar el olor a alcohol. Pues lo que no puedo negar es que las botellas fueron las falsas amigas a las que acudí para intentar olvidarte. Me causaron muchos mas problemas de los que me solucionaron.

SABOREA...

Ay sí! Intenta captar, si es que puedes, el sabor de mi vida. Aquel dulce amor dejó en mi un amargo recuerdo. Ácidas son las lágrimas que vierto por ti.

Pero por favor, sobre todo

NO TOQUES mi piel herida. No vuelvas a rozar mi alma. Aléjate.

No quiero volver a ver esos ojos que me encandilaron con tanta facilidad.

No quiero volver a escuchar "te quieros" que son gentilezas, que nadie siente.

No quiero volver a oler tu esencia.

No quiero volver a deleitarme con tus labios ni tu piel dorada.

No quiero volver a recorrer ese cuerpo como si de un mágico palacio se tratase. Ya no seré mas tu princesa. ya no serás mas mi príncipe azul. Nuestra historia acaba aquí, sin boda, sin hadas, sin magia, sin perdices que comer.

Adios y ojalá tengas mas suerte que yo.

Alguien que te quería.

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Te atreves ahora a decir que no sentí nada?

Esta es una de es una de estas cartas que nunca tienes valor de entregar, que es mas un dialogo contigo mismo que con otra persona.

Por eso fui tan sincera.

Te dolerá, pero te lo has buscado.

Hoy por hoy puedo decir que ya no creo en cuentos de hadas.

La historia se ha repetido, los esquemas son los mismos.

No nos volveremos a equivocar nunca, porque esta historia ha llegado a su definitivo desenlace.

PUNTO Y FINAL.