Cuando la energía se hace música

Luces
y se enciende de pronto el alma con ellas.
Humo
y ves surgir unas figuras.
Esos dioses a los que admiras.
Esos magos que te han robado un trozo de alma,
poetas que expresan lo que sientes.
Golpes de batería
y tu corazón empieza a latir agitado y fuerte,
con ellos, un solo galope desbocado.
Y de pronto, entre los gritos, se escucha esa guitarra.
Su sonido es el lamento del angel por haber sido expulsado del cielo
es un grito de pasión, sonidos encantados que hacen acostarse a las fieras.
Y entonces ves al transmisor del mensaje y te unes a él en su canto.
La gente con prejuicios dice que solo grita.
Yo sé que expresa de una forma fuerte esos salvajes sentimientos que nos acechan.
De pronto, ya no existe mas que esa sala.
Las vibraciones fluyen, la fuerza del sonido te hace sentir grande.
No existe la vida, no existe la realidad.
Solo ese pequeño pedacito de infierno donde todo es posible.
No importa que el desgarrador ruído te haga pitar los tímpanos.
No importan los empujones.
Te sientes eufórico, tu forma de ser cambia.
La vida se vuelve música y la música se vuelve vida.
El ciclo se repite y las notas corren fugaces entre acordes.
De pronto todo ha acabado
pero en tu memoria se han tatuado los versos.
Volverás a esa sala.
Su magia te llama.
Adorarás por siempre a esa escultural máquina que son las guitarras.


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Crónica de un concierto, que podría ser cualquiera.
Sin embargo, este va dedicado al concierto de Saratoga al que asistí ayer.
Dadas las condiciones actuales de la banda, fue sorprendentemente grandioso.
Mi visión como espectadora del arte en el que me suelo mover mas en mis creaciones.
"No hay cadenas en mis manos
simplemente hablo claro
la música que AMO
es heavy metal"